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dónde salió eso, pero en este momento de mi que tampoco tiene mucho que ver el insulto
Y lo primero que vida, que ya crucé el umbral de los 50, y que con ese procedimiento quirúrgico. Pero resul-
hizo fue buscar ya como que aterricé, quise escribir este libro ta que después se propagó el mito de que el
que resume lo que siempre he pensado de la
útero era como un animal dentro de la mu-
los significados de la bendita batalla de los sexos. Y lo que pretendo jer y que entonces deambulaba por entre los
palabra histeria, es decirle al mundo, a hombres y mujeres por órganos y ocasionaba todo tipo de enferme-
igual: “!Qué ridiculez es esa de estar peleando
dades en las mujeres. ¡Imagínate el tamaño
que es el insulto más todo el tiempo!”. Más bien nos estamos necesi- de semejante ignorancia en una época en la
que a las mujeres no se les permitía estudiar!
tando porque tenemos un enemigo en común:
popular para las el bendito patriarcado, que nos ha dañado Porque una mujer no podía ejercer la medi-
mujeres y también y nos ha reprimido a todos. A nosotras, nos cina. Y si se le ocurría ser yerbatera, corría el
riesgo de ser acusada de bruja. Entonces éra-
ha reprimido nuestros derechos. A los hom-
para los hombres, bres, el derecho de expresar sus sentimientos, mos diagnosticadas de histéricas por este par
Aunque siempre esté el derecho de ser vulnerables y de pensar en de sonsos en una época en la que no existía
el ultrasonido, la radiografía… y eso me da
la pareja como un complemento y no como
asociado con lo un impedimento. Y en esas estoy: reviviendo mucha rabia”.
femenino nuestra historia. O más bien, nuestra histeria, En el libro, que tiene doce capítulos, San-
para hablar de la mujer y poder empoderarnos todomingo se pasea por anécdotas acerca del
realmente, pero desde la información”. tratamiento de la histeria en la época de las
Y todo en clave de humor. Porque Miriam Cruzadas, la Inquisición y la Revolución fran-
Isabel Santodomingo –su verdadero nombre- cesa. “En la época Victoriana, por ejemplo, la
recuerda que, como todo barranquillero y histeria no solo era considerada una enferme-
todo costeño, ella es desparpajada. Y es que dad sino una plaga. Y casi todas las mujeres
tiene con qué. “Como la mayoría de las fami- estábamos enfermas, supuestamente. Si tenías
lias, la mía es especialmente disfuncional y dolor de cabeza, el diagnóstico era histeria.
maneja un humor negro, ácido y tan horrible ¿Fiebre? Histeria. ¿Dolor de muela? Histeria.
que si no tienes el cuero duro, pues te tocaría Y los tratamientos eran uno más doloroso, ri-
ahorrar para la terapia”, argumenta. dículo y absurdo que el otro. A algunas muje-
“Los caballeros las prefieren brutas surgió res las mandaban a montar bicicleta a lo largo
después de una reunión que tuve con unos de kilómetros. Y cuando se metió la iglesia, se
amigos a los que les pregunté por qué no sa- hablaba de practicar exorcismos, porque su-
lían con mujeres brillantes, de esas que tienen puestamente la mujer histérica estaba poseí-
carreras excepcionales. Y ellos me respondie- da”, ilustra ella algunos de sus hallazgos.
ron en tono de broma: ‘Es que opinan dema- Y hasta incluso se atreve a relatar en el li-
siado. La mujer ideal es la que ni siquiera se bro dos episodios íntimos que, confiesa aho-
ha graduado de bachillerato’. Así que quise ra, se acercaron mucho al abuso al que suelen
parodiar ese mito de que las rubias son mali- estar expuestas muchas mujeres. Uno de ellos
tas para pensar. Pero con Revivamos nuestra sucedió cuando ella tenía trece años. “En el
histeria quería hacer un alto y escribir un libro edificio donde vivíamos, los niños de los dis-
para esta generación, que nos permitiera so- tintos apartamentos salíamos a jugar en el par-
bre todo entendernos como mujeres”. que. Y resulta que uno de los vigilantes empe-
El título, apunta ella, proviene de un pro- zó a decirme: ‘Ven para acá, ven para acá’, y de
grama televisivo muy famoso en Colombia pronto cerró la puerta y trató de… y yo le metí
que se llamaba Revivamos nuestra historia. una patada. ¿Pero y si hubiera sido cualquier
Y lo primero que hizo fue buscar los signifi- otro niño? Eso marcó mucho mi vida”.
cados de la palabra histeria, que es el insulto Paradójicamente, Isabella Santodomingo
más popular para las mujeres y también para lo acepta, la telenovela ha contribuido preci-
los hombres, aunque siempre esté asociado samente a acentuar esos estereotipos femeni-
con lo femenino. nos. “Las telenovelas siempre han mostrado a
“Busqué sinónimos y resulta que encontré la niña desvalida, la pobre, de modo que su
más de 500 términos, unos más ofensivos que gran suerte es que se encuentre un millonario.
otros. Desde “loca” y , “ridícula” hasta “sobre- Pero yo digo: ‘Criemos bien a nuestras hijas
actuada” y una cantidad de cosas horribles. bien para que las millonarias seamos noso-
Pero cuando comencé a investigar de dónde tras’. Es hora de cambiar el chip y de dejar a
surge esta palabra, me remonto a la Grecia an- un lado esas telenovelas súper violentas en las
tigua y encuentro que Sócrates, Platón y otros que los mismos latinoamericanos nos vende-
filósofos toderos, porque resulta que además mos como criminales y hampones. La televi-
eran galenos, se atrevieron a bautizar el útero sión tiene una responsabilidad muy grande y
femenino como “hystera”; y de allí que histe- es hora de vender también lo bueno”.
rectomía signifique entonces “remoción del Y remata: “¿Hacer una telenovela en este
útero”. Pero tú le preguntas a cualquier mujer momento?”. Ni a bala. Una serie, sí. Pero es-
acerca de esto y nadie tiene idea. Y ahora sé crita por mí”.